Este resultado implica que la inflación se desaceleró 1,3% respecto al trimestre anterior, manteniéndose dentro del rango meta por décimo mes consecutivo. Asimismo, alcanzó el menor valor desde agosto 2005.
Esta disminución se dio en un entorno de moderación en los precios de frutas y verduras, una relativa estabilidad en los precios internacionales relevantes para la inflación doméstica y la apreciación del tipo de cambio. Estos factores contribuyeron a la reducción del componente transable de la inflación, es decir, todos aquellos bienes y servicios que se comercializan internacionalmente. Por otra parte, la moderación de la demanda doméstica y de la dinámica salarial favorecieron la desaceleración de los componentes no transables, los que se ubicaron por debajo de 7% y en su valor mínimo desde el año 2002.