Las proyecciones muestran que el crecimiento de los precios continuaría dentro del rango meta en todo el horizonte a dos años, en un escenario donde la política monetaria se mantiene en fase contractiva/neutral. El resto de las políticas macro evolucionarían en línea con el objetivo de inflación y las expectativas continuarían reaccionando favorablemente.
La actividad económica seguiría recuperándose, impulsada por la reversión de los efectos de la sequía y la reapertura de la refinería. En el HPM la expansión continuaría liderada del punto de vista de la demanda por las exportaciones netas y en menor medida el gasto privado.
En ese marco analítico, el BCU mantuvo la tasa de interés en 8,5%, con la prioridad de que la inflación permanezca dentro del rango meta y continuar guiando las expectativas hacia el centro del rango.